A la hora de elegir un tratamiento u otro, el médico valora el pronóstico del niño, la edad, el estadio del cáncer... y lo clasifica de riesgo bajo, medio o alto y el tratamiento se adapta a este riesgo.
- La cirugía, en riesgos bajos, puede ser lo único necesario y conseguir extirparlo todo. En riesgos medios y altos se extrae la mayor cantidad posible y se combina con otros tratamientos.
- La quimioterapia, en riesgos bajos, se utiliza antes de la cirugía para mejorar las probabilidades de éxito. En casos de riesgo alto la finalidad es reducir el número de células cancerosas. Si las dos anteriores no dan resultado, se recurre a la radioterapia.
- En casos de alto riesgo, se puede realizar un procedimiento que filtra la sangre y recoge células madre de su cuerpo. Posteriormente se realiza alguno de los tratamientos anteriores y se inyectan estas células madre para formar células sanguíneas nuevas y sanas.
- Actualmente se comienza a utilizar radioterapia con metaiodobencilguanidina para ayudar a controlar el neuroblastoma de alto riesgo. Cuando se inyecta esta sustancia en la sangre se dirige a las células cancerosas y libera la radiación. Suele tardar unos días y hay que mantener al paciente aislado hasta que elimine la radiación por la orina.
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