Para
diagnosticar el cáncer de útero o endometrio, en primera instancia,
se valoran los antecedentes, edad, signos y síntomas, así como
otros factores de riesgo. Luego, se puede pasar a un examen pélvico,
en el cual el facultativo palpa la zona uterina en busca de bultos o
alteraciones. La prueba de Papanicolau también nos puede servir para
detectar este tipo de cáncer, en ciertos casos. Una prueba sencilla
que se puede realizar también es el análisis de sangre. Este tipo
de cánceres suelen producir sangrados, por lo que un positivo en
anemia podría considerarse un pequeño indicio de este tipo de
cáncer. También con el análisis de sangre podemos ver si existen
niveles elevados de CA 125, una sustancia indicativa de que se ha
producido una propagación de células cancerosas fuera del útero.
Cabe señalar que estos análisis de sangre, de por sí, son
insuficientes para el diagnóstico y se deberán realizar más
pruebas para su posible confirmación posterior.
El
diagnóstico definitivo nos lo da...
la biopsia, es decir, la toma de una muestra de tejido, que posteriormente será analizada por un patólogo, el cual nos dará el resultado final del diagnóstico o nos indicará si es necesario realizar más pruebas. Existen tres formas de obtener una muestra para diagnosticar este tipo de cáncer:
la biopsia, es decir, la toma de una muestra de tejido, que posteriormente será analizada por un patólogo, el cual nos dará el resultado final del diagnóstico o nos indicará si es necesario realizar más pruebas. Existen tres formas de obtener una muestra para diagnosticar este tipo de cáncer:
- Biopsia endometrial: se introduce un tubo flexible pequeño hasta el útero y por aspiración se extrae una pequeña muestra. El dolor se puede aliviar con algún AINE.
- Histeroscopia: el mismo procedimiento que el anterior pero con una lente, para que el especialista pueda observar el útero y conseguir una muestra más representativa. De esta forma se pueden identificar mejor las zonas más alteradas y extraer de ahí la muestra. Además se añade una solución salina en el interior del útero para hacer contraste y así poder visualizar mejor las estructuras.
- Dilatación y raspado (D&C, en inglés): es una pequeña cirugía que se utiliza cuando la muestra extraída anteriormente era insuficiente o no ha arrojado resultados concluyentes. En esta prueba se dilata el cuello del útero y se realiza un raspado de la pared del endometrio. Este procedimiento es más invasivo que los anteriores por lo que requerirá una anestesia mayor. Además se puede combinar con la histeroscopia.
También
puede extraerse una muestra de tejido mediante cistoscopia
(transvaginal) o proctoscopia (rectal) para ver si el tumor se ha
diseminado a la uretra y vejiga.
Una
prueba de imagen sencilla que ayuda mucho a diagnosticar este tipo de
cánceres es la ecografía transvaginal o TVUS (por sus siglas en
inglés). Consiste en utilizar los ultrasonidos para visualizar con
más detalle los tejidos del útero. Por ejemplo, se puede observar
si existe un grosor del endometrio anormal, lo cual es indicativo de
cáncer. A veces se combina con solución salina para dar mayor
claridad a las imágenes, originando lo que se conoce como
histerosonograma.
Si
se sospecha de metástasis existen otras pruebas de imágenes que
resultan muy útiles como:
- Radiografía de tórax, si se sospecha propagación a los pulmones.
- TAC
- PET
- MRI
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