Las pruebas que se utilizan para la detección de osteosarcoma incluyen principalmente la biopsia, la cual puede ser con aguja, que se introduce a través de la piel en el tumor y se extraen pequeños fragmentos, o quirúrgica, que consiste en una incisión en la piel para extraer el tumor entero o una parte de él.
Por otro lado, el profesional también puede pedir una serie de pruebas complementarias como: radiografia, TC, resonancia magnética, PET o gammagrafía ósea.
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