A la hora de elegir una prueba diagnóstica para el cáncer de estómago, el médico tiene en cuenta una serie de factores, los cuales son los signo y los síntomas, la edad, la afección médica y resultados de pruebas anteriores.
Entre las pruebas se encuentran:
- Biopsia, la cual, como hemos visto anteriormente, es la única que permite formular un diagnóstico definitivo mediante el examen de un trozo de tejido.
- Endoscopia, que permite observar el interior del estómago mediante un tubo con cámara que se introduce por la boca. A su vez también permite realizar una biopsia durante la observación.
- Ultrasonido endoscópico, en este caso el gastroscopio tiene el el extremo una sonda de ultrasonido que proporciona imágenes de los órganos internos y ayuda a conocer el tamaño del cáncer o el estado de otros órganos.
- Ingesta de bario, que se encuentra en un líquido que el paciente bebe y recubre la pared interna de esófago, estómago e intestino, y posteriormente se toman placas radiográficas.
- Laparoscopia, una cirugía menor en la que el cirujano inserta un tubo delgado en la cavidad abdominal para averiguar si el cáncer se ha diseminado a otros tejidos como el hígado. Esta determinación no la pueden conseguir un PET o una CT.
- Resonancia magnética, TC (tomografía computerizada) o PET (tomografía por emisión de positrones).
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