Actualmente se conocen cuatro formas clínicas distintas de presentación este tumor: nódulo solitario,
metástasis cervical ganglionar, metástasis
a distancia y combinada.
Gran cantidad de veces es posible detectar esta patología de forma temprana, esto es gracias a la presencia de protuberancias en el cuello del paciente, lo que es decisivo para que este acuda a consulta.
Además aparecen otros síntomas característicos como dolor prefrontal del cuello, ronquera, disnea y tos constante que no se debe a otro motivo obvio.
Una vez el paciente acude a consulta, para cerciorarse de que se trata de un tumor en la tiroides, remite al paciente a realizarse unas pruebas diagnósticas.
Para este tumor encontramos las siguientes:
- Biopsia
- Ecografía
- Gammagrafía con Yodo radioactivo
- Radiografía de tórax
- Tomografía computarizada
- Imágenes por resonancia magnética
- Tomografía por emisión de positrones
- Hormona estimulante de tiroides
- T3 y T4
- Tiroglobulina
- Calcitonina
- Antígeno carcinoembrionario
- Laringoscopia
Para más información:
http://bvs.sld.cu/revistas/onc/vol16_2_00/onc10200.pdf
https://www.cancer.org/es/cancer/cancer-de-tiroides/deteccion-diagnostico-clasificacion-por-etapas.html