Buscar en este blog

jueves, 25 de octubre de 2018

Tratamiento del cáncer de testículo

Generalmente el primer paso en este tipo de cánceres es proceder a una cirugía. Existen diferentes opciones entre las que destacan:

  • Orquiectomía inguinal radical: se realiza una incisión inguinal a través de la cual se extrae el testículo y el cordón espermático.
  • Disección del ganglio linfático retroperitoneal: cuando existe cierta diseminación se pueden extirpar los ganglios linfáticos adyacentes, con cuidado de no dañar los nervios de alrededor. Esta operación suele durar bastante y requiere de la intervención de especialistas con experiencia. Se puede hacer antes o después de la orquiectomía.
  • Cirugía por laparoscopia

Si existe cierta propagación del cáncer se emplean otras técnicas como radioterapia o quimioterapia (se emplean medicamentos como cisplatino o bleomicina, entre otros).
En aquellos casos en los que el cáncer es recurrente se suele incrementar la dosis de la quimioterapia, combinada con trasplante de células madre procedentes del propio paciente. Este tratamiento presenta cierta eficacia aunque suele ser bastante costoso.
Por otro lado, los efectos secundarios de la cirugía incluyen cansancio, pérdida de masa muscular (que se puede compensar con suplementos de testosterona). Cabe señalar que a pesar de la cirugía, el hombre sigue siendo capaz de mantener una erección o tener relaciones sexuales. Solamente si se extirpan los dos testículos el paciente quedaría estéril. Después de la cirugía se puede plantear la opción de la prótesis de testículo.
En el caso de quimioterapia y radioterapia los efectos secundarios son los típicos de náuseas, vómitos, diarrea, cansancio, pérdida de apetito, caída del cabello, etc. A pesar de estos efectos colaterales la tasa de supervivencia en los primeros cinco años es bastante elevada, 96´1% para etapa II. 

Más información en: 

ACS
Mdsaude
Guía clínica sobre el cáncer de testículo, Asociación Española de Urología
ASCO