Generalmente,
como todos los tipos de cáncer, el tratamiento que se vaya a
suministrar depende de las características del propio cáncer, el
grado de desarrollo que éste tiene y, por supuesto, la libre
elección del paciente. Como siempre, una detección temprana es
esencial en la recuperación del paciente.
Podríamos
dividir los tratamientos en locales, que se dirigen más directamente
a la zona tumoral, si el cáncer esta más localizado, y sistémicos,
que son tratamientos que se aplican a todo el organismo.
Entre
los tratamientos locales lo más común es una cirugía del cáncer
de mama. Se puede extirpar el tumor y conservar la mama, o realizar
una mastectomía, que consistiría en extraer la mama entera. A pesar
de las actuales creencias acerca de la mastectomía, no está
demostrado que mejore la tasa de supervivencia de la cirugía con
conservación de mama.
En
la mayoría de los casos esta cirugía se suele combinar con
radioterapia. Ésta puede aplicarse de dos formas: externamente o
internamente (también llamada braquiterapia). En la radiación
externa, la extensión a radiar dependerá de si está afectada la
mama entera o una porción, si se ha extendido a los ganglios
linfáticos o a todo el organismo. Normalmente se suele tatuar un
punto en la piel de la paciente sobre el cual se concentrará la
radiación La sesión es corta, no más de cinco minutos.
Por
otra parte, hablábamos de los tratamientos sistémicos. Uno de los
más empleados es la quimioterapia, la cual consiste en administrar,
tanto por vía oral como intravenosa, una combinación de
medicamentos que atacan a todas las células cancerosas del organismo
al transportarse por el torrente sanguíneo. La quimioterapia se
puede administrar antes o después de la operación.
Dentro
de estos tratamientos sistémicos se puede mencionar también la
terapia hormonal, característica de determinados tipos de cáncer de
mama. Básicamente, en estos casos, el cáncer crece por la acción
del estrógeno. Entonces el tratamiento consiste en utilizar
medicamentos que disminuyan los niveles de estrógeno o que evitan la
unión del estrógeno a los receptores de las células cancerosas.
En
otros tipos de cánceres como el de HER2 positivo y el del gen BRCA
mutado se utiliza lo que se conoce como terapia dirigida. En este
caso se emplean medicamentos que inhiben las proteínas especificas
alteradas en cada caso.
Lógicamente
los tratamientos más agresivos se corresponderán con una mayor
gravedad y extensión del cáncer, y los menos invasivos en los casos
de detección temprana y localización menor.
Todos
estos tratamientos producen diversos efectos secundarios no deseados
que van desde náuseas y vómitos a daños cardíacos o nerviosos.
Por todo ello es muy necesario el apoyo incondicional al paciente
antes, durante y después del proceso. Así como tener en cuenta la
ayuda de un psicólogo o plantearse una posterior reconstrucción de
mama.
Para
más información podéis consultar la siguiente página o llamar al
teléfono de información de la AECC que es el siguiente: 900 100 036.